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  • El tenor de aquella declaratoria se escribi con estas

    2019-04-30

    El tenor de aquella declaratoria se escribió con estas palabras: De este modo, y al margen de otras consideraciones que pudieran hacerse al respecto, para el caso que nos ocupa es importante significar que la iniciativa mexicana acabó tapiando las puertas de la onu sirtuin activators la España franquista, por tildarse a su régimen político de tener complicidad con el nazi-fascismo. Aquel acabó siendo un triunfo de la diplomacia mexicana que para entonces, y ya desde el compromiso de Lázaro Cárdenas con la causa republicana española y el posterior exilio, venía manteniendo un pulso en contra de la dictadura franquista. Aquel titular de El Nacional fue congruente con la versión oficial que, desde el estallido de la Guerra Civil de 1936, se tenía en México de lo que estaba sucediendo allende el Atlántico bajo el dictado de Franco: “España se ha convertido en la sede del hitlerismo”. Con la posterior ratificación de la sentencia de San Francisco en la Conferencia de Potsdam, la misma que tuvieron la Unión Soviética, el Reino Unido y Estados Unidos tan sólo unos días después en las proximida des de Berlín (17 de julio al 2 de agosto de 1945), se daba inicio a lo que comúnmente fue conocida como la Spanish question, ese controversial capítulo político y diplomático que estuvo permanentemente en la mesa de discusión de las Naciones Unidas hasta 1955 y que dividió frontalmente a los países miembros entre partidarios y detractores. Recordemos que, en 1950, cinco años después de la segunda gran guerra, aquella declaración del delegado polaco Katz-Suchy advertía de la complejidad de un tema que, por momentos, y como se verá más adelante, venía admitiendo valoraciones de todo tipo. Su testimonio no dejaba lugar a las dudas: “El problema de la España de Franco es y ha sido una piedra de toque en nuestras convicciones democráticas”. En este sentido, si la bienintencionada retórica de los estados miembros advirtió de sus verdaderas pretensiones de acabar con el régimen franquista, muy pronto se puso de manifiesto que la España del general Franco podía desempeñar un papel estratégico en el nuevo damero de la Guerra Fría. Descartadas medidas de fuerza mayor, la Asamblea General de la onu acabó dando cauce al problema, intentando normar el marco de las relaciones oficiales entre los estados miembros con aquella España en dictadura. Para la consecución de tal fin, dos fueron las resoluciones aprobadas: la primera, la del 12 de diciembre de 1946 y la segunda, la del 17 de noviembre de 1947. Haciendo un ejercicio de síntesis, hay que decir que, si en la primera de ellas se hacía la expresa recomendación a chorionic villi sampling (CVS) los países miembros de retirar “inmediatamente a sus embajadores y ministros plenipotenciarios acreditados en Madrid”, en la segunda era la Asamblea la que depositaba su confianza en el Consejo de Seguridad, principal órgano rector de la onu, para que asumiera “sus responsabilidades conforme a la Carta, tan pronto como estime que la situación respecto a España lo exige”. De alguna manera, y como recordó el mencionado Katz-Suchy, “la resolución del 12 de diciembre de 1946 era sólo un primer paso, ya que la victoria sobre el fascismo no podría ser completa mientras los españoles, con la ayuda del Consejo de Seguridad, no hubieran recobrado lalibertad”. Y, sin embargo, el tiempo demostró que la falta de compromiso del Consejo a la hora de estudiar las esperadas medidas coercitivas, así como la disparidad de criterios a la hora de hacer valer la primera de las declaratorias mencionadas, encaminada a imponer un bloqueo diplomático en torno a la España de Franco, dejaron en evidencia las grandes fracturas internas que ya para entonces se vivían al interior de las Naciones Unidas. En efecto, y como era previsible, la demora del Consejo de Seguridad en tomar medidas más enérgicas en contra del régimen franquista, sirtuin activators así como la indisciplina de muchos de los estados miembros a la hora de aplicar las directrices de resoluciones como la del 12 de diciembre de 1946, fueron el detonante para que los intereses soberanos de las naciones empezaran a anteponerse a los principios colectivos de la organización neoyorquina. De hecho, a partir de 1947, tal y como recordó el delegado colombiano Roberto Urdaneta Arbeláez, empezaron a “surgir importantes divergencias” en la Asamblea General, especialmente porque “era evidente” que el régimen de Franco, “cualesquiera que hubiesen sido sus simpatías por el Eje”, no constituía para ese entonces “una amenaza para la paz”, ni tampoco “un foco de inquietud internacional”. Al igual, la nor malización en mayo de 1948 de las relaciones financieras entre Estados Unidos y España era una señal de las intenciones del coloso americano y de su voluntad de frenar cualquier invectiva de la comunidad internacional orientada a un derrocamiento del general Franco.